Reflexiones de una cincuentera…violencia de género
El viernes de la semana pasada se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, llamado de forma más coloquial día contra la violencia de género.
Según la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, “La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”
La primera vez que leí este párrafo pensé ¡Cuanta realidad en estas cuatro líneas! La violencia de género es una violación de los derechos humanos y un problema de salud pública, no se puede relegar al ámbito familiar es un problema social que tenemos que resolver como sociedad.
Esta lacra silenciosa se ramifica en distintas formas de violencia: digital, económica, física, institucional, psicológica, sexual, trata de personas…que merma la salud y acaba con la vida de muchas mujeres.
Un estudio publicado por la revista The Lancet en febrero de este año indicaba que 1 de cada 10 mujeres en todo el mundo habían sido víctimas de violencia de género en el último año.
Las cifras de la violencia sobre las mujeres en España son preocupantes: desde enero de 2003 han sido asesinadas por su parejas o exparejas 1.171 mujeres, en lo que llevamos de año la cifra asciende a 38. Mucho más dolorosas son las cifras de los menores víctimas mortales de la violencia de género, 48 desde enero de 2013 y 2 en el año en curso. (Datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género).
Es fundamental que se incremente la coordinación, los medios y los recursos para la detección precoz de la violencia de género y la atención a las víctimas en el ámbito sanitario.
Como sociedad hemos recorrido un largo camino desde que se aprobó la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre, no podemos detenemos, tenemos que seguir luchando para erradicar esta lacra que destroza familias, proyectos y vidas. La educación y la información son elementos esenciales para ganar esta batalla, deben estar presentes desde los primeros años de vida para poner los cimientos de una sociedad más igualitaria.
“El amor no es la ostia”, “Defiende tu vida, lucha por tu independencia, busca tu felicidad y aprende a quererte”, por favor…denuncia.
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