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Reflexiones de una cincuentera…que nadie se quede en casa

El martes de la semana que viene las madrileñas y madrileños tenemos una cita con las urnas. Sin querer mi mente retrocede en el tiempo y me trae a la memoria la primera vez que voté, eran las elecciones generales del 22 de junio de 1986. Todavía recuerdo algunos cabezas de lista Felipe Gonzalez (PSOE), Manuel Fraga (Coalición Popular), Adolfo Suarez (CDS), Miquel Roca (CiU), Gerardo Iglesias (IU)…cómo pasa el tiempo, algunos de estos partidos ya ni existen y varios dirigentes han fallecido.

Un año después, el 10 de junio de 1987, volvía a mi colegio electoral para votar en las elecciones municipales (Juan Barranco, José María Álvarez del Manzano…) y a la Asamblea de Madrid (Joaquín Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón…) desde entonces no he faltado ni una sola vez a mi cita con las urnas: es mi derecho y también mi obligación.

Esta vez tampoco lo voy a hacer, es necesario que nadie se quede en casa para que nadie se quede atrás. Intento ser coherente con mis ideales, siempre me ha parecido muy contradictorio que las personas que no van a votar después no paren de quejarse. Mi voto es una forma de protestar contra lo que no quiero y de apoyar lo que considero necesario. Y en Madrid, mi comunidad, hay muchas cosas contra las que quiero protestar pero sobre todo hay muchas cosas que quiero que cambien. Porque, como diría la ministra de la eterna sonrisa, “Quien ha sido el problema, no puede ser la solución”.

Quiero, quiero, quiero…todo esto para mi Madrid:

1.- Más recursos para la Ley de Dependencia; es obsceno que más de 28.000 personas (ya valoradas) estén esperando la prestación y que la lista de espera se acerque a los 300 días.

2.- Una educación pública de calidad e inclusiva; y para conseguir esto son necesarios recursos humanos y materiales en nuestros centros escolares, principalmente en las zonas masificadas y con altos porcentajes de población extranjera. Nuestros menores son el futuro y tenemos que darles las herramientas necesarias para que puedan desarrollarse personal y laboralmente. Si queremos una sociedad diversa, igualitaria y tolerante tenemos que empezar desde abajo, desde los colegios.

3.- Una sanidad pública de calidad y universal; es necesario reforzar la Atención Primaria, la más cercana a los ciudadanos, con recursos humanos y materiales. No necesitamos normas que permitan la privatización. Y debemos aprobar la asignatura pendiente de la Salud Mental. Lo público es de todos, pero especialmente de los más vulnerables.

4.- Incrementar el parque de viviendas sociales; toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada para desarrollar sus planes de futuro y vivir en condiciones de seguridad.

5.- Acceso a los suministros básicos; hay que garantizar que todas las personas puedan acceder al abastecimiento de energía eléctrica, gas, agua… ¿Cómo es posible que más de 1.800 menores lleven más de 6 meses sin luz?

Madrid, ¡cuántas cosas te faltan! Por eso, el martes 4 de mayo iré a votar, quiero que cambie esta situación.

El 19 de enero de 1986 fallecía el “Viejo Profesor” alcalde de la ciudad de Madrid, durante siete años. Don Enrique Tierno Galván gobernó para todas las madrileñas y madrileños, sobre todo para los más jóvenes, olvidados por las administraciones de aquella época. Un gran defensor de acercar la ciudad a las personas, como diría él “Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público”.

NO quiero una sociedad polarizada, en la que el insulto y la violencia ganen a la gestión y a la solidaridad. NO quiero ni discursos de odio, ni la equidistancia ante ellos, ambos amenazan la convivencia entre los ciudadanos y el respeto a sus derechos fundamentales.

Quiero alguien que gobierne con la responsabilidad, la consideración y la seriedad que nos merecemos todas las madrileñas y madrileños.

El martes, votaré por un profesor y, en mi recuerdo, permanecerá el otro que perdimos hace 35 años.

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